Literatura Fetish
- Marjon
- 18 jul 2015
- 2 Min. de lectura
Dime una vez más, que ¡no! No puedes negarte, solo tú sabes hacerme eso que tanto me gusta, eso que tanto me eriza desde los pies hasta el cuello.
Confiesa, confiesa si no es una diversión mi cuerpo, mis caricias, por que debo admitir que yo gozo placenteramente las tuyas, gozo también de eso, que me envicia eso que tú tienes bajo tu cintura que alimenta mi vientre y lo dejo nutrido, dime que tus manos ásperas no quieren pellizcar mis tetas o sobarlas, dime que esas deliciosas manos tuyas no quieren posarse sobre mi piel suave.
Sabes! lo mejor de esto. Es que es prohibido le da un toque de dulzura amarga a la situación infiel que nos planteamos, pero debes de saber que no somos nadie para negar el placer a nuestros cuerpos débiles y hambrientos de lujuria, que te parece si creamos fantasías orgásmicas juntos, que tal si dejamos de cohibirnos por los prejuicios y cambiamos los temores por orgasmos.
Dime si quieres seguir este ¿juego? No tenemos nada que perder, solo el sudor de nuestros cuerpos gozando, dime ¿quieres jugar de nuevo conmigo? ven te invito a mi entrepierna ya está servida la cama.
¿Responde? ¿Quieres que sigamos engañándonos? Contéstame quieres pecar de dulce adulterio? por qué Mi cama esta lista para gozar esta noche es nuestra, que te parece? dejemos para mañana, la resaca moral, solo recordaremos, adoloridos pero satisfechos, de nuestra travesura.
Sabes a mí. No me importa tu vida para nada, tu esposa, tus hijos o tu estúpido perro, yo tengo mi vida, un esposo que es feliz besando las partes que tu dejas sin hacerlo, sabes me tienes ¡harta! pero a la vez enajenada de tus dulces y groseras caricias furtivas, te confesare algo, más bien te hare una propuesta.
Haz lo que quieras de mi esta noche que no te ¡arrepentirás! porque yo esta noche lo único que quiero es gozar de tus embestidas, de tus jadeos de los míos, tus orgasmos combinándose con los míos, mis jugos mezclados con los tuyos tu sudor tus manos tus fuertes brazos, la piel suave de mi trasero rosando con los bellos de tus piernas mientras me sirvo a sentones de tu dulzura inmensa alargada y gorda.
Por favor Déjame desvestirte esta noche con mis manos, que mis uñas largas y mi aliento de deseo, provoquen a que me eduques como una cualquiera privada tuya única muy puta, déjame esta noche ser quien ¡manda! ¿Qué tal la propuesta? Que tal esta noche tu sin dueña y yo sin anillo en mi mano sin nadie que detenga este deseo candente de mi vientre, de ser alimentado fuertemente por tu grande pene, altivo, grueso rosado, bien alimentado, palpitante único orgásmico.
Aun así esto siempre será prohibido eso no quitara mis ganas, infieles de tenerte entre mis piernas cada fin de semana que mi esposo huye a su trabajo, eso no cambiara que mi vagina extrañe tu cuerpo llenándome estremeciéndome haciéndome tuya tan tuya tan puta, aun piensas negarte o esperaras otro par de orgasmos para mojar mis blancas nalgas.
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