una leve sensación
- Olivia Ismael
- 24 nov 2016
- 1 Min. de lectura

Lo que sentía por ti era una hormiguita, una leve sensación que no me desconcertaba ni me llamaba la atención, era algo con lo que podía lidiar: no me desvelaba, no me hacía sonreír, no me quitaba el hambre ni me daba ansiedad.
Mi mente no inventaba historias contigo, ni mis ojos buscaban desesperadamente material tuyo con el cual alimentar noches de fantasías. Sencillamente, lo que me producías era algo diminuto como una hormiguita.
No sé en qué momento, aquel bichito se deformó tanto. No entiendo cómo le llegó tan de repente la mutación. De pronto tu nombre no se apartaba de mis pensamientos, y mis dedos temblaban acariciando mi cuerpo, deseando que tú fueras el que me recorriera entera, de pies a cabeza...
La hormiguita comenzó a hundir con fuerza sus patitas en mi carne, su paso ya no era tranquilo ni silencioso y sus mordiscos me dejaban insomne, llena de preguntas.
Carajo, si yo no busqué nutrirla, ni pretendí convivir con ella, ¿por qué creció tanto, quién le dio autorización para pesarme y dolerme en todas partes?
Ahora lo que siento por ti, sobrepasa al tamaño de un elefante, y es imposible hacerme la ciega, porque mis sentimientos no me dejan verte sin sentir que me tiemblan las piernas...
Olivia Ismael
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